En los mercados financieros, la inmensa mayoría de los inversores que actúan en él, son personas indecisas, perfiles con prisa, que frecuentemente odian su vida monótona, y han encontrado, una forma, una salida, una llave hacia el éxito, una herramienta donde creen que con las mismas rapidez que se les pasa el día, van a hacerse millonarios, donde piensan que de una manera fácil y cómoda, con dos golpes de clicks de ratón van a conquistar el mundo. Cerca del 80% de los inversores se comportan así, cerca del 80% de inversores pierden dinero.
No va a llegar nadie, no hay diarios económicos que sepan que va a pasar, no vendrá un oráculo a iluminarte el camino. Nadie prevé nada, todos esperan algo de las compañías pero nadie sabe que va a pasar. Nadie sabe nada. Todo es un continuo error.
Existe unos códigos, un lenguaje, que componen un “mapa”. Un mapa puede ayudarte a localizar el camino o puede guiarte, bien leído puede hacerte ver donde está la senda, pero no puede salvarte, puede señalar el camino pero no sabemos si es el camino.
En las inversiones la contabilidad es el lenguaje, que unos pocos utilizan para hablar de los mercados financieros, sólo unos pocos aprenden a descifrar esos jeroglíficos, aprenden a interpretar los estados financieros. Son lectores pacientes, sensatos pero atrevidos. ¿Cuánto de sensato? Y ¿cuánto de atrevido tienen?
¿Quien puso a flotar un barco? ¿Quién hizo volar un avión?
Tenemos que saber resolver tres cuestiones:
¿Está compañía es excepcional?
¿Cómo puedo identificarlo?
¿Durante cuánto tiempo lo será?
¿Qué tenemos que mirar ?
- Cuenta de pérdidas y ganancias
- Balance de situación
- Flujos de efectivo
¿Cómo interpretarlos?
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