Así es como los grandes estudiosos obtienen grandes rentabilidades
"El mercado no hará que seas rentable, la determinación si"
Siempre digo que conocer la probabilidad y la estadística de algunos conceptos puede causar seguridad: como por ejemplo conocer la probabilidad de que un avión sufra un accidente.
Puede hacer que dejes de malgastar tiempo y dinero: como cuando conoces la estadística de la lotería, puesto que no creo que vayáis por la calle andando, mirando al cielo, pensando que es probable que te caiga un meteorito.
O nos puede llevar a acertar y tomar decisiones.
Por lo que lanzo la siguiente pregunta:
Si más de un 70% de los valores en bolsa de los principales índices mundiales van a subir, es decir, si aparentemente es difícil equivocarnos. ¿Por qué no conseguimos obtener rentabilidad? ¿Cual es la causa de que tenga la sensación de que a cada valor que elijo me equivoco?
La respuesta puede ser fácil de plantear, pero quizás no lo sea tanto de desarrollar, no pierdes dinero en bolsa por los mercados, sino por ti.
Esta claro que este capítulo trata sobre la psicología de la inversión. Y es que vamos a marcar varios puntos que te llevarán a entenderte mejor a ti mismo, analizarte a ti mismo antes que a los mercados.
1. Cómo siempre las sabias palabras de W.B.
Tenemos la absurda manía de querer hacernos ricos rápidamente. Y de esta manera damos de lado el único estilo que funciona en mercado más competitivo y difícil del mundo, tenemos que querer hacernos ricos lentamente.
Esto nos lleva siempre al mismo camino, al mismo sitio, Compramos valores que han subido porque los que suben lentamente no nos llaman la atención, por consiguiente, esto nos lleva a comprar caro.
Este punto lo desarrollo en capítulo #126, donde hablo de por qué con dos valores, como Apple y Tesla, ambos rentables pero uno con una gran volatilidad como Tesla y Apple en este caso con menos volatilidad, es más probable ser rentable con Apple que con Tesla. La volatilidad, como ya he mencionado muchas veces, la euforia y el miedo son sentimientos que nos hacen perder dinero.
2. Es el mercado más difícil y competitivo del mundo porque nuestro mayor competidor, somos nosotros mismos.
El estrés, los miedos, la sensación de no dormir bien, mirar todos los días las cotizaciones en el móvil o incluso varias veces en el día. Son fruto de un trabajo no bien planteado.
En mi filosofía de inversión, no entra una gestión total de la cartera, porque además, soy de los que piensa, que cuanto más gestiones la cartera, más tenderás a equivocarte, y lo peor de todo, más tiempo te robará.
Una de las mejores técnicas que hay para esto es la que yo aplico a mis inversiones.
Por un lado los fondos de inversión y los ETF, no los miro nunca, es decir, selecciono fondos de gestión activa con las mejores gestoras, que hayan demostrado buenas rentabilidades, junto con ETFs de índices de calidad, con tendencia alcista. Pues bien, eso, no lo vuelvo a mirar, me planteo un número de años puesto que sino rompemos el interés compuesto de los valores liquidativos. Uno de los fallos más habituales es el rebalnceo, mientras que hay quien lo ve como una ventaja fiscal, yo lo veo como una desventaja en las inversiones, por cierto, es un tema que estamos tratando para el curso. Como se gestiona y se asigna un fondo de inversión.
Trato de darle periodos largos, de 8 a 15 años, para ello, trato de ponerles algún tipo de nombre o misión que haré cuando los venda.
Podéis pensar que es para cuando os jubiléis, para vuestros hijos, para amortizar la hipoteca o cancelarla.
Yo en el evento que hice presencial este pasado mes de Marzo, hablaba de como he orientado mi entrada en el Nasdaq que hice tras las caídas del año pasado. Tengo dos Etfs indexados, uno para cada hijo y cuando cumplan alrededor de los 24 años, con el 60% de ellos les ayudaré para crear un negocio, con el 20% haremos un viaje, y con el 20% lo reinvertiré en alguna oportunidad de inversión.
Me da francamente igual el dinero que me vaya a encontrar, lo normal sería 500.000€ si sigue la estela normal, aunque claro, he de decir que yo empecé en una severa caída del Nasdaq, por lo que quizás podría ser mas positiva esa llegada.
En el caso de las acciones, la cosa cambia.
Así se da respuesta a algo que los inversores me preguntan mucho, ¿cuando hay que vender una compañía?
La respuesta parece fácil pero es difícil de desarrollar. Las mismas razones que te harán comprar, son las que te harán vender.
Claro que así a simple vista parece fácil pero está claro que cuando compramos un valor, y este se pone en rojo o verde, todo cambia.
Por lo que lo primero que tenemos que saber es eso, que nos puede cambiar toda el mapa, una vez que abramos una posición.
Por lo que es muy importante tener definida la hoja de ruta, en plan:
«He analizado esta compañía, la voy a comprar por esto y esto, me gusta este modelo de negocio, creo que esta cubriendo un nicho de negocio por lo que se traducirá en una ventaja competitiva, además de que tiene el crecimiento que mi filosofía de inversión busca.»
Ni que decir que tienes que tener tu propia filosofía de inversión.
Y luego has de escribir, la llegada al puerto. «Esta compañía la venderé cuando baje su beneficio, por ejemplo, 3 quarter, es decir, 3 trimestres y no me queden argumentos como para volver a recuperarlo, una vez que identifique por qué ha sucedido eso, venderé. Si por otro lado baja o desacelera el crecimiento, hasta tal nivel y si deja de gustarme el modelo de negocio, puesto que identifico que era una moda y no una tendencia como creía.
Antes de comprar he de fijar cuando voy a vender. Sin eso serás lo equivalente a ser un pollo sin cabeza, un barco sin rumbo o un negocio sin foco.
Yo tengo fijada mi filosofía de inversión, que me hará comprar, y que me hará vender.
3. Tenemos que dejar de ver la cotización.
Esto es algo que se se repite mucho, pero es que es muy importante.
Yo miro el precio para saber si lo que compro es caro o es barato, luego en el seguimiento del valor, desde su entrada hasta su salida no miro en absoluto el precio. Miro:
Asientos contables y comportamiento del negocio, ni más ni menos. Claro que es importante conocer la macroeconomía puesto que eso nos llevará a determinar si el producto o servicio que ofrece nuestra empresa seguirá siendo vendido o por contra queda obsoleto.
Os pongo el ejemplo de la crisis sanitaria del Covid 19, peligraban las compañías ligadas a vuelos o viajes, tiendas o bares, pero se dejarían de consumir teléfonos móviles o las primeras marcas de ropa? o se dejaría de comer? muchos pensaban que era el fin de absolutamente todo y que pasaríamos a una nueva normalidad, dando fin a la antigua normalidad.
4. Nuestro patrimonio de inversión.
Este punto es difícil de explicar, pero voy a intentar resumirlo con un ejemplo práctico.
Imaginaros que montáis un negocio, la ya famosa y conocida panadería.
Inviertes 20.000€. Os imagináis todos los días, calculando el valor de la inversión de nuestra empresa para saber si ha subido o bajado la cotización? o realmente lo más lógico sería dejarlo trabajar y esperar a que madure el negocio, para poder venderlo a un precio superior al capital invertido, después de haber disfrutado de los beneficios en los años de funcionamiento de ésta.
Pues lo mismo sucede con la parte del capital que invertimos. No inviertas tus ahorros, invierte el capital que puedas dejar comprometido los siguientes 10 años.
Os hablaré sobre mi diario de inversión (esta parte solo la podrás oír en el podcast)
5. Por último.
A estas alturas al final lo que descubres es que realmente, uno no pierde dinero por invertir o por el mercado o por cualquier problema geopolítico, o porque tiene mala suerte de escoger malos valores.
Un inversor o inversora, lo que le hace mermar su rentabilidad es él o ella misma.
Hacemos muchos análisis pero al final compramos lo que oímos.
Estamos seguros de un valor, pero una noticia nos hace odiarlo.
Somos de largo plazo, pero en poco tiempo nos asustamos.
Eso que has comprado es caro o barato.
Ese valor que cae, por qué cae.
Ese valor que sube por qué sube.
No vaticines ni estudies el mercado, más allá de conocerte y saber estarte quieto.