Por el año 2019 me entró la fiebre del litio, digamos que fue cuando nos dimos cuenta de que a otras alternativas le podía quedar más de una década y por aquellos entonces teníamos en el visor una empresa llamada Neo Lithium.
Neo Litihium no era más que un proyecto, hablaba de una exploraciones en Canadá, y futuras extracciones pero no dejaba de ser un proyecto, un puñado de papeles sobre una mesa, cuatro fotos y fue suficiente para que diéramos el paso para abrir una posición en esta compañía, cuya compañía en menos de un año le hicieron una OPA.
No recuerdo realmente de cuanto fue el beneficio.
Pero si recuerdo pensar que si un gran fondo de inversión, a opado a esta compañía, es porque al Litio, todavía le queda mucho recorrido, sino, que sentido tiene.
En aquella fiebre del Litio, tenía en el visor a muchas empresas. Pocas de ellas eran verdaderamente negocios, apenas eran rentables y las que si lo eran, cotizaban a múltiplos muy altos.
La cuestión es que había una idea que me rondaba y me ronda por la cabeza.
Si miras a tu alrededor, mientras escuchas este podcast, si miras los objetos que te rodean los aparatos que están tu alrededor, es verdad que están todos llenos de semiconductores. Pero por ir por el camino de la exploración. En cada mesa, en cada escritorio, en cada coche, mires para donde mires, estamos rodeados de Litio.