Nos remontamos el año 2016.
Entonces mi estilo de inversión consistía en levantarme temprano, comprar dos o tres diarios económicos y entender cada uno de las palabras y términos que allí aparecían.
La verdad que eso me dio cierto conocimiento económico. Y me ayudó a formarme, aunque me salió verdaderamente caro.
Cuando digo caro es porque entre aquellas pedantes líneas caí en el error de leer todos los artículos de los fondos más vendidos o las 10 compañías con más potencial para revalorizarse del año.
Me costó mucho tiempo descubrir que no tenían ni idea. Que si hubiera hecho justo lo contrario hubiera conocido lo que es ser rentable. Y hoy aquí tu puedes aprenderlo en sólo 30 minutos.
Pues bien, el Santander cotizaba a 4,20€ y leí un artículo de por qué el valor está barato y debería de cotizar a 17€.
Así que compré… Lo admito, compré el Santander.
Durante estos 8 años. Sólo he visto como mi cuenta se hacía más y más pequeña.
Cuando parecía que ya había caído todo lo que tenía que caer. Volvía a caer más y más. No tiene límites.
Mi inversión se esfumaba.
Pero me negué a vender. Y el por qué era el siguiente.
Los comerciales del Santander se encargan de que cada uno de sus clientes tengan esas pobreticas acciones. Por lo que contaba yo con un buen equipo de comerciales que podían salvar mi inversión.
Luego estábamos en tipos negativos. Pero sabía y pensaba de alguna manera que eso no sería eterno.
Y que a pesar que lo que vende un banco es lo más parecido al humo. Puesto que no existe lo que vende, tan sólo es un valor nominal, son unos asientos contables. Unos papelitos de nada. Pero son importantes para que la sociedad y la economía avance.
Así que esperé 8 pacientes años. Con una compañía que personalmente odio.
Así que fue hace unas semanas cuando analizando mi cartera, veo que las acciones del Santander se encuentran planas, ni ganando ni perdiendo, sin contar los dividendos.
No me tembló la mano. Le día a vender y me sentía como si de una cárcel hubiera salido, como si toda esta pesadilla hubiera terminado. SE ACABÓ.
Y ahora qué?
A dónde me llevo ese dinero?
Y si el Banco sigue subiendo como si lo ha hecho y lo meto en un valor que le esperan 8 años de caída libre?
Así que apunté bien el tiro, y me fijé una compañía verdaderamente barata y que ya conocía. ZIM la empresa de Shipping.
Esta compañía dedicada al transporte marítimo.
Analisis de ZIM en el capítulo