Con esta afirmación se que recibiré varios correos diciéndome que:
La vida da muchas vueltas
Y es cierto, la vida da muchas vueltas.
Tanto es así que yo que venía de una familia de clase media, mas bien pobre.
Fui capaz de darle la «vuelta a la tortilla» y encontrame con una situación en la que el dinero, no es el principal problema en mi caso, aunque te diría más, ese problema a día de hoy mas bien no existe.
No quiero sonar prepotente ni tener una postura a lo «Llados» no te voy a decir que hagas 100 flexiones para quitarte lo que para él es la barriga de «mileurista».
Pero esto lo asimilé a partir de que se lo esuché a un tipo en una entrevista donde le preguntaban si no le daba miedo arruinarse. Esto fue lo que respondió:
«Es imposible arruinarme».
Te explico por qué:
¿Acaso se te olvida montar en bicicleta?
¿Puede ser que te metas en el agua y no te acuerdes de nadar?
Se te puede olvidar una receta de cocina, un recuerdo o una habilidad.
Pero un hábito no se olvida nunca.
Quien conoce el juego del dinero tiene el éxito garantizado.
Igual que existen personas que si les toca cuatro millones de euros, serán capaz de perderlo en poco tiempo e incluso acabar endeudados.
Hay otro tipo de personas que si les despojas de todos sus bienes, en muy poco tiempo volverían a conseguir la fortuna que una persona normal conseguiría ahorrar en 7 vidas.
Hay quien conoce el juego del dinero.
Hay quien lo sufre.
Hay quien ahorra, invierte y vive.
Hay quien derrocha dinero, trabaja en lo que no le gusta y emplea su tiempo para denunciar a su jefe o simular una minúsvalía para cobrar sin trabajar.
Hay quien se conoce los derechos de los trabajadores hasta la útlima coma, y se lo cuenta a su jefe.
Hay quien aporta a la sociedad y contrata talento.
Está el que se forma y crece.
Está el que se queja y vota cada cuatro años.
Están los que tienen mala suerte.
Están los que trabajan la suerte.
Yo subí desde los infiernos, trabajándo, formándome y olfateando mi entorno, mirando, analiznado y pensando un poquito.
Otros se tatúan el ave Fénix y echan la lotería.
Yo no me puedo arruinar nunca, pues dejé el camino a mi paso marcado, para poder volver a este lugar pleno.
Todo depende de mi, la riqueza, el amor, el dinero, trato de cuidar mi salud.
Otros tienen la velocidad de crucero desde los 30 años hasta que se mueren como zombies y echan la culpa al de al lado o dicen que ese tipo ha tenido suerte o que alguien ha venido y se lo ha dado.
Yo pregunto como construiste ese imperio.
Otros te dicen que como lo has robado o a quién has explotado.
No me puedo arruinar nunca. Pues de ahí vengo.
No dependo de ningún factor externo, en mi está la salvación.
Aquí te lo explico, pincha y sálvate.
Aquí te lo desarrollo, pincha y vuela a lo más alto.