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Mentalidad de pobre en bolsa. Mejor que te vayas de aquí.

Podcast

Si razonas en vez de calcular o de medir, puedes empezar a creer que lo perderás todo.

«Olvida todo lo que sepas de bolsa, hoy aprenderás a invertir como hay que invertir tu dinero.»

Esa es la primera frase que yo utilizo al principio de cada formación, así es como arranco, y además te confieso que la frase no es mia.

Se la copié a un sabio de los mercados. Donde aprendí  el 50% de lo que se de los mercados, me lo enseñó Paco Isidro. El otro 50% lo aprendi yo de manera personal, con el coste que eso conlleva.

 

Comenzaba el capítulo hablando sobre que un pensamiento pobre puede hacerte empobrecer, de la misma forma que si cambiamos la forma de ver las inversiones podremos revolucionar nuestra cartera.

Espero con esto no ser demasiado exagerado, pero recuerda la frase inicial. Tu mentalidad, será el hilo conductor de tus finanzas y de lo más importante,  de tus decisiones. Pues tus decisiones son las que consolidan el beneficio o la pérdida, si si, como lo oyes. Tan sólo tus decisiones te llevan hacia el éxito o el más grande de los fracasos o quiebras.

Así que comenzamos.

Como preparo mi cuerpo ante las inversiones.

Existen comportamientos y frases que no es que sean de pobres, sino que te empobrecen.

Una de ellas es: «invierte con un dinero que estarías dispuesto a perderlo» pese a que lo he dicho muchas veces. 

No estoy dispuesto a perder ni un sólo céntimo de mi cartera. Tan sólo quiero multiplicarlo con el interés compuesto.

Y digo esto porque esa es precisamente la determinación.

Generalmente cuando vamos a invertir optamos dos posiciones:

Por un lado, vamos con miedo, como esperando a ver por donde nos viene la hostia. 

Sobre todo cuando invertimos sin saber por qué, o que nos ha llevado a comprar el valor. Invertimos por inercia, por algo que hemos escuchado, pero realmente ni tenemos mapa, ni sabemos leer que es lo que hemos comprado. Ni que decir proyectarlo hacia el futuro.

Por otro lado, desde el momento en el que hemos comprado la empresa, o hemos abierto posición en un fondo de inversión, esperamos a ver que pasa, miramos de manera diaria la cotización, hacemos cálculos de cuanto porcentaje necesitamos para conseguir llegar a medio millón de euros. Nos creemos que estamos en una casa de apuestas y que cuando finalice el partido sabremos la cantidad indecente que hemos ganado. Incluso empezamos a preocuparnos por la tributación.

Todo esos pensamientos, ambas formas de encarar las inversiones, son mentalidades y pensamientos de pobre o hablando con más propiedad de mentalidad pobre.

 

Cómo me preparo yo ante una inversión y como me comporto durante la vida de la inversión

La clave o el verdadero secreto a la hora de invertir es saber y tener claro que invertir no es estar expuesto al riesgo, como a menudo nos sucede, tampoco es pensar que vamos hacernos ricos, como solemos hacer cuando vamos a invertir. 

Así que voy hacerte algunas afirmaciones que quizás desconocías sobre los mercados financieros:

La bolsa es la inversión más rentable y segura del mundo. Qué raro verdad?.

En las ciudades financieras, donde hay parqué, donde desde pequeñitos  van de excursión con el colegio y ven las inversiones como cultura, como una puerta hacia la riqueza, es donde curiosamente están las grandes fortunas. Nada más enriquecedor que un club de inversión, un club financiero o un networking de emprendimiento.

Tu mentalidad de pobre te puede hacer huir de estos sitios, no ser capaz de generar riqueza o de ofrecer servicios por los que tu jefe te pague el dinero que crees que te mereces. Yo he negociado muchas veces mi salario. Si no eres capaz, votarás cada cuatro años a una panda de analfabetos como son los políticos que de nosotros se lucran y cumplen los sueños de sus mamás. Y terminarás en la esclavitud de las vacaciones y los días libres. A lo que tu llamas flexibilidad.

La mentalidad de pobre hace que no sepas ahorrar y que además seas un tacaño. Que pases las horas comparando el coche que te vas a comprar con otros, priorizando el precio, molestando día tras día al comercial, regateando y pidiendo que te regale la bola unas alfombrillas. Ahí no está la riqueza. La riqueza se encuentra en el hábito del ahorro y la cultura financiera. 

Cuando me compré mi coche le regalé un jamón al comercial, no le pedía descuentos, ni le lloraba regateos.

Cuando  abro posición en una compañía, para mi es como si echara una carta, se que mi plano y mi mapa mental están en las coordenadas adecuadas, por lo que me doy la vuelta y disfruto.

El otro día hablaba con uno de los alumnos del último curso y me dijo algo que fue verdaderamente emocionante. 

Decía que lo que más le había gustado del curso es que había aprendido algo que jamás hubiera pensado que aprendería en cualquier otro curso, y menos en uno de inversión.

Se esperaba que hubiera aprendido sobre el descuento de flujos de caja o la valoración por múltiplos. 

Le llamó la atención la tabla de estadística que le presentamos para aplicar la ley de las cuatro entradas.

Pero lo que aprendió realmente, y más le gustó fue que ha comprendido y ha aprendido lo importantes que es disfrutar. Disfrutar de la vida con todos sus sentidos y de una manera diferente a cuando alguien escuchas sobre disfrutar la vida.

No ser un vividor o cobrar dinero sin trabajar. 

No apalancándose con préstamos para vivir por encima de las posibilidades o gastarse hasta el último euro de la nómina.

Sino vivir tranquilo, satisfecho, sonreír, disfrutar, dar propinas, no comparar precios. Tomar el primer taxi que veas, comer en el primer sitio que encuentres. Comprar tiempo…

Eso se hace con poder, y el ahorro es dinero, el dinero es poder. Siento que decepcione a alguien por cómo me escucha hablar sobre el dinero, pero estoy harto de que tengamos esos prejuicios hacia la riqueza.

El ahorro conlleva a invertir, e invertir es multiplicar tu dinero.

Cuando invierto no sé lo que va a ocurrir, pero si sé lo más importante. Que voy hacer yo si suben o bajan los  mercados.

Pobres incautos que hacen cursos para predecir el futuro estando tan escrito el pasado.

Tenemos hojas y hojas de los estados financieros que nos indican como de buena o mala es la empresa que queremos comprar.

Yo partía de cero y empecé tarde mis estudios.

Mis tiempos de niño no fueron tan buenos y como muchos de vosotros tuve una adolescencia complicada. 

No fue un camino de rosas.

Pero si fui un hombre de palabra.

Nunca robé.

Ayudé siempre que estuvo de mi mano, siempre que pude hacerlo. No estudié en un colegio de pago, es más, quizás era uno de los peores colegios de la provincia.

Nunca estuve en academias. Ni conocían mis padres a un banquero que me abriera paso en las finanzas.

No tenía cartera, ni comunidad, no soy carismático. 

Tan sólo soy un desconocido analista y rentable como yo y esto es Salvados por la Bolsa.

Esa mentalidad de pobre no te llevará a ningún lado, mejor vete de aquí. O cambia.


PAAAZZZ