En nuestro curso, tienes la posibilidad de hacer videollamadas personales para aclarar dudas.
¿Cuántas?
Ilimitadas, por lo pronto…
Ayer, un alumno de uno de los cursos me pidió una videollamada para hablar sobre su Asset Allocation (asignación de activos) ajustada a su perfil de riesgo.
Me dejó sin palabras.
Tragué saliva.
Algo nervioso, vi cómo desplegaba ante mí una selección impecable: los mejores ETFs del mundo en gestión pasiva y los mejores fondos en gestión activa.
Y entonces me pregunta:
”¿Qué te parece?”
Como si eso no fuera suficiente, me muestra una lista de 9 compañías.
Cada una analizada en un Excel apaisado con todo lujo de detalles:
• Señales de entrada
• Catalizadores clave
• Tendencia
• RSI
• Volumen
• Fundamentales
• Deuda
• Directiva
• Rentabilidad
• Múltiplos…
9 compañías increíblemente buenas.
9 compañías baratas.
9 compañías aspirantes a convertirse en 100-baggers.
¿Sabéis qué le dije?
Nada….
Me quedé helado, boquiabierto ante el inversor que se había forjado.
El alumno, intrigado, me dijo:
“Creo que se te está parando el vídeo.”
A lo que respondí:
“No, no, es que no estoy diciendo nada…”
Frente a mí, una cartera verdaderamente valiosa.
A mis espaldas, el orgullo de haber aportado mi granito de arena.
Y para rematar, me dice que en febrero quiere repetir el curso.
Ya son cuatro personas las que van a repetirlo.
Uno de ellos incluso ha hecho todos los cursos.
No porque no entiendan el contenido, sino porque siempre hay algo nuevo: un truco, un matiz, una perspectiva diferente.
Cada lunes y martes por la noche, alrededor de una “hoguera”, nos reunimos:
25 personas…
…y una filosofía de inversión que está revolucionando la forma de ver las finanzas.
Aquí está el Cáliz del que aquel alumno bebió.
Aquí, la misa de los viernes.
«No cambiarás nada, hasta que no des el paso y cambies algo»
