Estoy harto de escuchar a los inversores decir que van a largo, que están tranquilos, que para ellos esto es largo plazo.

Eso es como cuando alguien dice “me da igual” y en realidad es un “me duele”.

Siguen sin dormir bien, siguen sin estar tranquilos y, lo peor de todo, siguen sin disfrutar del camino hacia la riqueza y la abundancia.

Todo cae y todos caen.

Es difícil de entender, pero es así.

El Nasdaq cayendo.

El Bitcoin cayendo a niveles que ya mencioné en programas donde me invitaron.

Y “La isla de las tentaciones” a dos semanas de terminar…

No podía ir peor la cosa.

Todo corrigiendo.

¿Yo?

Tranquilísimo.

Bueno, algo intranquilo por el final de “La isla de las tentaciones”.

La razón por la que no me afecta es porque lo veo todo como un todo.

Y tú no.

Lo ves todo como un poco.

Los dientes de sierra de las gráficas, la variabilidad de la renta variable… Yo lo junto todo en un paquete.

No es hoy, sino dónde estará tu compañía dentro de 10 años.

A menos que hagas swing trading, trading o te creas Aramís Fuster interpretando una gráfica.

Yo fijo un punto A, fijo un punto B y me pongo una alarma.

Una alarma para que me avise cuando empiezan mis programas favoritos, el campeonato de Super Bikes o Impractical Jokers.

¿Las gráficas? Claro que las sigo, pero las del tiempo. Para ver si subo a esquiar con la excusa de tomarme un vino y una hamburguesa con carne madurada de 60 días.

Esa es la razón por la que supero al mercado año tras año: porque no tengo emociones hacia el mercado. No me causa dolor, ni me excita. Solo me da pasta.

Y con ella, estoy pasando los mejores momentos de mi vida con mi familia y amigos.

Aquí te explico cómo superar al mercado.

Y, por cierto, aquí algunos buenos momentos de Impractical Jokers.

«Todo cae y todos caen»